Murphy antes que nada Murphy

"Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito." -Thomas Edison-

La ley de murphy dicta: "Si algo puede salir mal, saldrá mal" 

    Al comenzar, todo emprendedor se siente exitoso, se siente bien se siente genial y orgulloso. ( salvo la parte de orgulloso) las demás emociones van en una montaña rusa muy vertiginosa.

   Al principio se nos olvida la ley de murphy y es que si algo puede salir mal, saldra mal. Y constantemente por no pensar en esto cometemos errores tontos de los que luego uno se puede arrepentir.

Corolario I: "Nada es tan fácil como parece"

   Esto si a estas alturas de nuestra vida no lo saben, aquí va un consejo útil: aprenda a surfear, y verá la diferencia que hay entre verlo desde la orilla y aprenderlo. Pero para los emprendedores, nada es fácil y siempre existe esa función de reacción en cadena de los errores, que cuando algo falla para corregirlo probablemente haremos que otras cosas fallen y así hasta el final de los tiempos, esto último es otro corolario de la ley de murphy que establece: "Cualquier solución entraña nuevos problemas".

Corolario II: "Todo lleva más tiempo de lo que parece"

   Existen tres maneras de reducir esto: Planificar, Planificar y Planificar!! contando planificar más tiempo de lo que parece, como observación podemos enfatizar que sin importar la actividad siempre es mejor terminar antes que terminar después. Así que en cualquier tarea empieza antes, intenta terminar lo antes posible y planifica que tardarás más de lo que crees.

Corolario III: "Si usted intuye que hay cuatro posibilidades de que una gestión vaya mal y las evita, al momento aparecerá espontáneamente una quinta posibilidad."

    Este corolario es uno de los más importantes de todos, todo buen emprendedor debe siempre, pero siempre estar preparado para lo inesperado. ¿Y cómo me preparo para algo que no sé? pues te preparas mentalmente para actuar rápido, con calma y tranquilidad, sin entrar en pánico, ni depresiones. Muchos pero muchos de los problemas vendrán sin avisar, sobre todo los más graves y hay que estar preparados a fallar, a equivocarse y a errar pero sobre todo a superar esos errores con calma y tranquilidad y de ser posible con una sonrisa en la cara.

Corolario IV: "Es inútil hacer cualquier cosa a prueba de tontos, porque los tontos son muy ingeniosos."

    Para cualquier emprendedor, que haya creado cualquier software o pagina web, o cualquier cosa que incluya un código informático, y haya lanzado una versión Beta al público, sabrá que basta muy poco tiempo para que el programa que creías que era infalible y que habéis probado mil veces de todas las formas falle. Y el público encuentre errores graves, los odiados Bugs! 

LEY DE LA PERVERSIDAD DE LA NATURALEZA:"No se puede determinar a priori en que lado de la tostada hay que poner la mantequilla."

     El corolario a esta ley también es muy importante, sobre todo a aquellas personas que le gusta mirar el pasado, que les gusta decir mucho "si hubiera", "Si entonces", "si para aquél momento yo hubiera". Señores: Es imposible determinar de manera exacta los efectos de toda causa. Si pusimos la mantequilla del lado equivocado, pues nada sólo es una demostración  del corolario I de la ley de murphy.

Microsoft y Murphy

   Recuerdo el gran evento donde a Microsoft en plena presentación de su tablet les salió el tiro por la culata y la tablet se ha quedado colgada. Inmediatamente cambiaron la tablet por una que tenian a mano. Ya de por si fue un desastre la presentación pero ¿qué hubiera pasado si no hubieran tenido otra tablet para mostrar?  Esto es por dar un ejemplo, y el consejo es que si tienes un prototipo lleva dos cuando lo vayas a mostrar, al igual que dos ordenadores con la presentacion lista y un respaldo en un pendrive.

    En conclusión, preparate para cometer errores, para fallar, y para errar. Preparate psicológicamente que siempre algo va a salir mal, tu éxito depende de ello. Luego: planifica, planifica y planifica para intentar minimizar todos esas cosas que puedan fallar y por último no lamentes las malas decisiones, ¡repáralas!.